viernes, 18 de junio de 2010

"Granaino malafollá"

Lo sé, es un tema tópico y recurrente. Pero son ésos los que más me gustan, los que me atraen a la hora de buscarle las cosquillas al por qué de las cosas, con los que me gusta hacer (y hacerme) pensar.
Por supuesto, soy "granaino" y "malafollá", pero de los de siempre, de la "mismitica" calle S.Juan de Dios (¿aes?).
Hay gentilicios e idiosincrasias particulares, algunos tienen como peculiaridad un acento determinado, otros, la hospitalidad, los menos tienen el arte y la gracia por bandera, muchos (como diría un gran amigo mío) portan un cartel que reza: "menos gracia que una patá en el pecho". Pero nosotros, por suerte o por desgracia (seguro que por suerte) aglutinamos multitud de clichés y estereotipos. Somos una especie animal muy peculiar.

El "granaino" profundo dice saber de fútbol, Semana Santa, toros, mujeres, comida, vino, albañilería, política, religión, flamenco, fiestas, arte, cultura y sociedad...(permítanme un respiro)...es capaz de discutir de pescado fresco, economía mundial, el punto del arroz caldoso, el precio de la gasolina, mercado de fichajes, PIB, IRPF, IVA, IBI, IPC, OPA, OPEP, PYMES, JPG, y PDF...¡y no nos contradigan! porque sentenciaremos espetando un sonoro: "¿equivocao yoooo? tú no sabeh con quien estáh hablando, enga por favó..."
Ilustramos a los demás a voces, reimos a carcajadas, saludamos cuando no hay más remedio a los conocidos, pero si es amigo cruzas, gritas cualquier insulto cariñoso y le abrazas dándole mamporros en la espalda. "Foh! qué alegría verte, ¿qué ise er tío? menudo mariconazo estás hecho".

Como buenos "granainos" nos encanta pavonearnos el día de la Virgen "Lavin Langustias", o el del Corpus, hacemos de Granada una alfombra roja con tintes cañís, (y ese día sí que saludamos a todo el mundo, que se nos vea). Alardeamos de casa en Almuñecar como si de Beverly Hills se tratara, pero odiamos encontrarnos a los mismos que vemos por las mañanas en el Camino de Ronda, pero en bañador, todos los días de agosto.

(fotografía: Antonio Marañón)

Cuando algo es novedad en la ciudad, preferimos criticarlo, a reconocer sus bondades, "ésto, para hacerlo bien del tó, tenían que haberlo puesto así, pero tiene cojones cómo lo han dejao...puntas de pollas!". Nos da vergüenza oírnos en la TV pero nos encanta que nos pregunten con la alcachofa de Canal21: "niña, ésto cuando lo echáis", ponemos a parir a los sevillanos, pero nos encantaría tener su Semana Santa, su feria, y su río (y el que diga lo contrario miente). Queremos toros y toreros de calidad pero luego se nos hace el "culo pesicola" con "El Fandi" delante de una cabra. Queremos una ciudad moderna, pero nos aterran las obras que no tengan rejas, geranios y molduras bajo el alero. Somos apasionados del flamenco, pero nos sale un sarpullido al mezclarnos con los gitanos del Sacromonte. Queremos turismo, pero nos repatea que venga gente "estiraos de los madriles" y nos llene los bares, nuestros bares. Queremos que la Alhambra sea 7ª maravilla del mundo, pero no la visitamos. Queremos mantener la vega, pero no la usamos ni para dar un paseo. Presumimos de encuentro de culturas, pero no queremos negros, moros o peruanos...Preferimos nuestras bandas callejeras. En Granada existen bandas callejeras rivales, que cualquier día se lían a porrazos, los taxistas, los locales y los jubilados. El jubilado no soporta la chulería de los taxistas, los taxistas odian a los locales, y los locales...

Un "granaino" siempre está en posesión de la verdad, y sus argumentos son totalmente inapelables pese a contradecirse. La crítica de un "granaino" es certera, implacable, incisiva, necesaria e inamovible. Somos tan inconformistas como poco propositivos, nos encanta echarnos tierra encima y no valorar lo nuestro, pero que no nos toquen Granada...¿O después de leer todo ésto tienen alguna duda?.

Creo que ha quedado demostrado. Soy "granaino y malafollá".