jueves, 8 de agosto de 2013

LOS HÉROES QUETZALES

“A nosotros nunca nos despertó el sol, siempre fuimos a buscarlo”
8.700 kilómetros separan Guatemala de Granada. Y hasta aquí han llegado. Son 5 héroes que como en los comics de aventuras, presentan diariamente una apariencia totalmente anónima.
         Son las 4:30h de la madrugada del miércoles 10 de julio, ha sonado el despertador y la ducha termina de alejar el sueño. Mientras cae el agua, reflexiono. Tengo la suerte de contar con grandes amigos, que a su vez tienen grandísimos amigos, y eso, irremediablemente desemboca en nuevas amistades. Uno de los grandes descubrimientos es Antón Meana, periodista.
         He quedado con él a las 5 de la mañana en su hotel. Ha venido a Granada de casualidad, para cubrir un encargo de la ESPN americana, un reportaje en el C.A.R. de Sierra Nevada al que un compañero suyo no puede asistir. Antón es un hombre de radio y de fútbol, pero sus tablas y desenvoltura cuando de contar historias se trata me hacen estar convencido de que la TV tampoco se le resiste. Me pide que lo acompañe y no dudo en aceptar.
         Puntuales, Antón y yo nos encontramos en el lugar previsto y junto a Fran, un cámara sevillano que trabaja para Canal+, emprendemos la marcha a la estación de esquí de Sierra Nevada. Al Centro de Alto Rendimiento Deportivo.
         Son 40 minutos de trayecto en el que entre ciervo y zorro que se nos cruzan, nos ponemos al día de lo que nos ha acontecido en las últimas fechas. Fran duerme, la noche, que aún no ha terminado, no ha dado lugar a descanso. Así, antes de darnos cuenta hemos llegado a las instalaciones deportivas poco antes de las 6. Descargamos el material y esperamos en la recepción a Rigoberto Medina, un cubano trotamundos entrenador de Marcha Atlética, alfarero que moldea campeones. Baja a las 6.15 y sigue siendo noche cerrada. Nos saluda afectuoso y pronto deja entrever su carácter afable, cercano y culto, toda una eminencia al que le sobran los pedestales y que con un reloj-cronógrafo le es más que suficiente para crear deportistas de élite.
         2 minutos después, aparecen por la recepción los atletas guatemaltecos Mirna Ortiz y Aníbal Paau, y aquí comienza el ritual que me hace sentir que no se trata de atletas corrientes, sea cual sea su nivel, aquello no es lo que entendemos por un atleta profesional. Salen del ascensor, aún con caras somnolientas (sigue siendo de noche) y lo primero que hacen es besar y abrazar a su entrenador. A continuación, paso atrás y silencio hasta que Rigoberto les hace una señal: “vengan, les quiero presentar a unos señores españoles, Antón, Fran y Antonio, vienen a hacerles un reportaje” Y ahí me siento periodista, profesión por la que nunca he tenido vocación pero que sólo pensarlo me pellizca el estómago. Mirna es muy menuda, tiene un cuerpo de fondista y una mirada de curiosidad permanente. Aníbal es un portento físico, escucha música y, extremadamente cortés, se retira los auriculares para saludarnos, su fisionomía no es la de un marchador al uso, posee unos brazos voluminosos y un cuello fuerte, digno de velocistas.
         Son ahora Jaime Quiyuch y Mayra Herrera los que besan a Rigoberto y vuelve a repetirse el ceremonial, de nuevo esperan a que “el profe” como ellos le llaman, les dé el beneplácito para saludarnos. Jaime es la antítesis de Aníbal, brazos y piernas larguísimas, muy delgado, y desenvuelto a la hora de saludar. Mayra es bellísima, rubia, con unos ojos azules enormes que enamoran, muy fuerte y con una historia que en ese momento desconocemos y que nos va a terminar derrumbando a todos por la emoción.
         Por último Kevin Palma y Enggels Gudiel, miembro del comité olímpico guatemalteco y fisioterapeuta de la expedición respectivamente, bajan en el pequeño ascensor acompañados por un joven de ojos vivos y observadores, tez morena y extremada timidez, podría ser un ayudante del equipo, el delegado de los atletas, pero no. Antón me indica: “es nuestro hombre”, se trata del líder de los allí presentes, el ídolo deportivo guatemalteco, la esperanza de todo un país, la primera medalla olímpica de Guatemala, la plata de 20km marcha en Londres 2012, Erick Barrondo. Una auténtica locomotora humana, arrollador en el asfalto con una calidad terrible que yo, personalmente, en ese momento ni conozco. Para mí es un chaval discreto, vergonzoso y con una sonrisa nerviosa limpia. Sí, el también besa a Rigoberto y a continuación, una vez nos ha sido presentado, se esconde entre sus compañeros.
         “Vámonos chicos” el acento cubano de Rigoberto nos pone en marcha “hoy entrenamiento suave”
         Por el pasillo Rigoberto charla con Antón, yo ayudo a Fran con el equipo,  me comenta que está preocupado, que no tenemos luz en la pista exterior y que, siendo de noche, poco vamos a grabar. Además, él venía con la idea de ver entrenar a los atletas por la sierra, y la noticia de que todos los entrenamientos son en pista le rompe los planes. Pero Fran es un profesional extraordinario, seguro que ya tiene la solución en mente.
         Efectivamente, en la pista no hay luz ninguna, los marchadores, o “marchistas” como ellos dicen, se deshacen de sus mochilas y pantalones largos. Enfilan la calle 8 y a la señal de Rigoberto comienzan a calentar, los 5 atletas lanzan las piernas con una agilidad abrumadora, sólo el racheo de las zapatillas rompe la calma de Sierra Nevada cuando comienza a desperezarse una tímida claridad. Son las 6.30h.
         Fran ya se las ha ingeniado para encontrar los ángulos que le interesan. Los marchistas están inmersos en el entrenamiento y cada uno ha adoptado su ritmo, el grupo se ha disgregado. Al paso por meta Rigoberto les indica de forma sintética lo que han de mejorar sin que los atletas aminoren el ritmo: “Técnicamente” “Mira la frente” “los dos brazos iguales”…Kevin y Enggels le ofrecen a la carrera un bidón de agua que 5 metros más adelante y un sorbo después arrojan al tartán. A cada indicación, Rigoberto nos apunta pequeños datos de la personalidad de sus chicos como un padre reconoce las virtudes diferentes de cada uno de sus hijos, y como un entrenador detecta las carencias de sus atletas. La luz azul nos come terreno y Fran está disfrutando de lo lindo, pues no para de moverse y graba sin parar, el ritmo de Erick, Jaime, Mayra, Aníbal y Mirna no le da respiro.
         Mientras charlamos con Rigoberto los chicos han completado los 10km sin haberme dado cuenta. Han finalizado la primera sesión en pista con una solvencia pasmosa, vuelven a abrigarse y pasan a la sala de estiramientos donde recuperan el tono muscular y de forma rutinaria, relajan sus articulaciones. Jaime ya ha empezado a charlar, a Rigoberto no le gusta que hable tanto, pero no puede evitarlo, es un tipo desbordantemente simpático y hace reír al resto con mucha facilidad. Mayra intenta ocultar su sonrisa, pero Jaime es demasiado simpático y Rigoberto se da por vencido. Él está centrado en la correcta ejecución de los ejercicios de Erick, que es desorbitadamente disciplinado y absorbe cada indicación al momento.
         Me es imposible articular palabra, no quiero perderme nada y sólo llevamos escasa hora y media en el C.A.R.
         Han terminado de estirar y Rigoberto los reclama. Inmediatamente han formado un corro en el que nos sentimos partícipes del equipo. Procede a presentarnos oficialmente, de forma calmada, antes estábamos en la previa de una sesión de entrenamiento, no había cabida para otra cosa que no fuera mantener la concentración. Ahora, “el profe” se relaja, y comienza a desenvolver una capacidad oradora pasmosa. Parece el guión de cualquier película en el que una charla motivadora acapara los 3 minutos más intensos del film. Pero Rigoberto lleva 10 minutos hablando y cada frase que les lanza a sus chicos resulta aún más demoledora, es pura motivación. Estoy sobrecogido y cuando el entrenador destaca nuestra presencia como aspecto relevante para la repercusión del trabajo de sus atletas me parece que está exagerando en exceso. Yo que he venido de casualidad, no puedo ser determinante en el futuro de la élite del atletismo mundial. “Lo que hagan hoy entrenando, será proyectado al mundo entero, la repercusión de su trabajo supondrá colocar a Guatemala en el lugar en el que ustedes quieren verla”. Miro a Fran y a Antón, la responsabilidad que nos sobrevuela es gravísima, sus caras me dicen que están preparados. Estoy en una nube y aún no son las 8 de la mañana.
         Es a esa hora a la que abren el comedor, los atletas, élite mundial, hacen cola y esperan, algo impensable en otros deportes. Aquí, en el C.A.R, todos son iguales…Desayunan en abundancia y en silencio. Tranquilidad y concentración que en algún momento disipa Jaime con algún comentario ingenioso levantando las risas de sus compañeros, este tío es genial. Conforme concluyen, recogen su bandeja y se despiden de nosotros para irse a descansar hasta las 11:50h, siguiente cita para seguir con su preparación. Mientras, nosotros concretamos con Rigoberto una entrevista previa a la siguiente sesión y lo dejamos que prepare el resto del día.
         Trascurren unas horas en las que Fran graba algunos planos de Sierra Nevada, Antón prepara sus preguntas, y yo disfruto viendo el continuo discurrir de deportistas de todas las nacionalidades, especialmente ciclistas, con unas herramientas de trabajo impactantes por su belleza. Reconozco sus maillots y paso la mañana tomando fotografías con el teléfono móvil.
         Llega la hora de la entrevista con Rigoberto, Fran escoge como emplazamiento una recta de atletismo interior en la que, al fondo, entrena la selección venezolana de Taekwondo y los chavales del Campus de Estudiantes de Madrid juegan al baloncesto en la cancha colindante. Antón preguntando es un espectáculo. Sabe lo que quiere y aunque desconozca las respuestas, formula las preguntas de modo que su interlocutor se sienta cómodo y pueda tratar los temas con profundidad. A Rigoberto, para no gustarle las entrevistas, no se le da nada mal y con pasmosa soltura nos relata su carrera deportiva, su impresión del equipo guatemalteco y reivindica mayor apoyo por parte del país a sus chicos. Un éxito. Antón concluye porque se acerca la hora de la siguiente sesión con los marchistas: trabajo de fuerza y musculación en el gimnasio.
         Puntuales, los atletas comienzan la sesión mientras Kevin toma fotografías para el Comité Olímpico Guatemalteco y Enggels ayuda a Mirna a realizar sus ejercicios. Fran sigue grabando cada detalle con la aprobación de Rigoberto, y Antón y yo vemos como Erick y Mayra combinan las máquinas con rectas marchando en el pasillo exterior. Más disciplina.
         Así hasta las 13h, hora del almuerzo. Otra vez esperan su turno, otra vez llenan la bandeja de pasta, pollo y fruta y nuevamente Jaime distiende la mesa. Erick, sonríe en silencio desde la esquina y se apresura con el postre, hay que descansar el máximo. Tiene la cabeza a tiempo completo en la responsabilidad de la preparación. Es como si siguiera entrenando mientras come. Su gran amigo Aníbal lo espera y juntos suben a su habitación compartida para descansar el máximo. Hoy será algo menos, ya que nos concede la entrevista principal del día a primera hora de la tarde.
         En su habitación lo encontramos leyendo, Jaime se distrae con la repetición de la final de los 100m lisos de Londres 2012 y Aníbal alterna un crucigrama y chistes con Kevin. Los tres están alojados en la misma habitación, uno de ellos durmiendo en un sofá cama. Fran aprovecha para tomar algunos planos de su descanso y Antón, con su gran don de palabra y simpatía comenta junto a Rigoberto la marcha de los fichajes de verano, futuro de futbolistas europeos y chascarrillos de la liga española de fútbol. Deporte del que tanto Kevin como Rigoberto son grandes seguidores y entendidos.
         El personal del C.A.R. ya nos tiene preparado el improvisado ‘set’ de entrevistas en la misma recta de atletismo cubierta, esta vez en silencio, y Erick, nos acompaña a ella, no sin antes atender a la petición de su entrenador y vestirse con el chándal oficial de la delegación guatemalteca. Rigoberto se está tomando muy en serio nuestra presencia y es todo facilidades y colaboración.
         Erick está nervioso, no tiene la misma soltura delante de la cámara que con las zapatillas y el tartán, pero para eso está Antón, que lo tranquiliza y le explica la dinámica del coloquio. Mientras, Fran ha encontrado el plano óptimo de luz, perspectiva y profundidad y le da el ‘OK’ a Antón
         “Hola, soy Erick Barrondo, atleta del equipo olímpico de Guatemala en la disciplina de Marcha Atlética y mi siguiente objetivo es el ORO en el mundial de atletismo de Moscú”
         Lo ha dicho con una convicción tal, que no me cabe duda alguna de que va a ser campeón del mundo el próximo 11 de agosto en Moscú. Soy un seguidor más de Guatemala.
         La entrevista va ganando en intensidad y Erick se va relajando, nos habla de sus sensaciones en Sierra Nevada, de la responsabilidad que siente cada vez que compite representando a su país y del compromiso personal que tiene con él contraído, especialmente con los niños “un niño que haga deporte, es un futuro delincuente menos”. Compromiso que evoluciona a deseo “puedo conseguir varios records del mundo para colocar a mi país en la cima del atletismo mundial, para conseguir de Guatemala una buena imagen, pero mi ilusión es que, viéndome marchar, un niño guatemalteco quiera también competir, y no sólo ser como yo…yo lo que quiero es que ese niño me supere”.
Erick es una persona con una fe y una creencia en Dios muy importante, no duda en darle gracias a Dios por todos sus éxitos y considerar Su ayuda como parte destacada de los mismos. Apoya sus logros también en Rigoberto, “el profe”, que lo escucha a 15 metros y que endurece el gesto intentando ocultar su emoción al escuchar a Erick asegurar: “Te puedo describir a Rigoberto con 4 letras: PAPÁ”. Y es que para Erick, Rigoberto lo ha formado como persona antes que como atleta, y a la vista de los resultados, ambas facetas las ha desarrollado con tremendo éxito. Erick y Rigoberto comenzaron su andadura conjunta compartiendo alojamiento y comida, como en alguna entrevista he leído, Rigoberto siempre tenía un plato de comida para Erick, aunque a veces fuera la suya propia. Y así han ido construyendo juntos un tándem que roza niveles de perfección deportiva, con un techo aún muy lejos y tan ilusionante que Rigoberto no duda de los éxitos de su atleta. Éxitos que ya han llegado materializados en plata olímpica y que no son más que el principio. Como punto de partida me parece demoledor.
         Antón está a punto de sacar ese As que siempre guarda en la manga y tras conversar con el marchista acerca de su familia, le pregunta a Erick el modo en el que llegó a su casa el primer televisor. Me quedo sorprendido y Erick sonríe mientras relata: “En mi país empezaron a ponerse de moda las televisiones de 26 pulgadas, y nosotros teníamos una de 5. Después las televisiones en color, y la nuestra era en blanco y negro…llegó el día en el que mi papá no podía hacer frente a los gastos y necesitamos de la ayuda de amigos, tal era la necesidad, que nos cortaron la luz. Una vecina nos prestaba la suya hasta que a ella también se la cortaron…” En este momento Erick mantiene la mirada perdida y a mí se me hace un nudo en la garganta cada vez mayor. Es una de tantas historias que oímos a diario en la radio o que leemos en los periódicos, pero yo la tengo delante de mí, y es alguien a quien, conociéndolo de apenas 8 horas, ya le tengo un gran afecto. Erick continúa “Entonces competí, no para un televisor nuevo, competí por primera vez para recuperar la luz de mi casa…” Erick deja escapar una lágrima y le cuesta hablar, yo ya llevo un tiempo llorando sin remedio “En la siguiente competencia logré ganar y compré el televisor más grande que encontré, me lo gasté todo, pero quería que mis padres me vieran en los Juegos Olímpicos de Londres y gracias a Dios, conseguí la Medalla de Plata”
         Mientras nos reponemos todos Antón lanza a Erick las últimas preguntas:
“- ¿Te ves campeón del mundo el próximo 11 de agosto en Moscú?
- Definitivamente, luchamos por ello.
- ¿Te ves campeón olímpico en Río de Janeiro 2016?
- Tenemos que serlo.”
         Acaba la entrevista y Rigoberto abraza a su campeón, él le responde con un beso y se quita la sudadera. Está empapado. Casi más que en cualquiera de las dos sesiones del entrenamiento de la mañana.
         No podemos desaprovechar la ocasión y nos fotografiamos con el que va a ser el campeón del mundo en Moscú 2013 y el campeón olímpico en Río de Janeiro 2016. No hay duda, ya lo es. El resto tendrá que pelear por los cajones colindantes del pódium.
         Hora de entrenar. Sí, otra vez. El resto del equipo ya espera en el punto de encuentro y salimos nuevamente a la pista. Ahora el calor sí aprieta. Son las 5 de la tarde. La sesión final es la de técnica. Tras un sencillo pero exigente calentamiento, el equipo al completo desarrolla y perfecciona su técnica a la hora de marchar sin descuidar ni un solo milímetro su disposición postural. Mayra, Mirna, Erick, Aníbal y Jaime desfilan sobre el tartán del C.A.R. con una coordinación absoluta. Y para finalizar, rectas de 100 metros en sprint sin abandonar la técnica, mejorando progresivamente la anterior. Dudo de mi capacidad para correr a la misma velocidad que ellos marchan los 100 metros.
         Finaliza la última sesión del día. Ha sido espectacular, pero le propongo a Meana que estaría bien entrevistar al resto de atletas, ellos son parte de la evolución de Erick, y además, tienen marcas para estar entre los 5 mejores del mundo, incluso acompañar a Erick en el pódium de Moscú. Todos tienen marca “A” clasificatoria y copan los puestos más altos de marcas mundiales del año. Así lo hacemos.
         Uno a uno van pasando los compañeros de Erick por el objetivo de Fran. Antón les hace preguntas sencillas referentes a lo deportivo, a lo personal y a Erick. Empezamos por Mirna. La atleta tiene una historia tremenda, ha sido víctima del machismo y alejada de sus hijos por, como el resto de sus compañeros, las dificultades económicas. La situación le obligó a dejar la marcha, hasta que el profe Rigoberto, conocedor de sus capacidades en junior, la repescó e hizo de ella la campeona que hoy es y a la madre que con coraje, corre por sus hijos. La vida da segundas oportunidades, y Mirna ha agarrado con fuerza la suya. Pero si hablo de segundas oportunidades en la vida y de fuerza, Mayra es la campeona del mundo en esa faceta. Hace menos de un año, Mayra fue operada de un tumor en la garganta, una operación lo suficientemente agresiva y grave como para estar satisfecha con seguir viva. Pero no, Mayra, a la que los médicos le dijeron que no volvería a hablar nunca, contesta, no sin dificultad, pero perfectamente entendible a las preguntas de Antón. Otra heroína en este grupo de guatemaltecos que va a por todas a Moscú, porque como dice su entrenador Rigoberto “Dios te ha dado la fuerza para salir adelante, es una bendición, aprovéchala” y vaya si la está aprovechando. Antón la felicita por el esfuerzo y por su superación personal y Mayra, la marchista de hierro se emociona. Nosotros también. Poco después Rigoberto nos reseña: “Esta chica tiene unos cojones enormes, no he visto nada igual” No me cabe duda. Turno para los chicos, Jaime, que ya ha intentado enredar en la entrevista de Mirna para ponerla nerviosa, se desenvuelve genial con el micrófono, es todo un ‘showman’. Tiene un gran presente en el atletismo, y un tremendo futuro en los medios, además, le gusta el periodismo. Y por último Aníbal, mucho más tranquilo, íntimo amigo de Erick, paisanos. Está convencido del éxito de su compañero, “él es la punta de la lanza que conformamos la selección de marchistas de Guatemala, trabajaremos para que demuestre lo que es, y si estamos fuertes y capacitados, también jugaremos nuestras opciones. Yo salgo a ganar”. Están convencidos de su éxito. Yo también, porque como dice Erick “cuando los rivales tengan un As bajo la manga, nosotros sacaremos la baraja entera”.
         Nos vamos. No podemos ni queremos molestar más a estos atletas-héroes. Nos abrazamos a ellos como si nuestra amistad viniera de tiempo atrás. Lo que está claro es que durará muchísimo. Son fantásticos, no he conocido gente con esa humildad y con ese talento conjugados.
Somos muy de Guatemala, Erick es eterno y sus compañeros son la élite a todos los niveles.




Sigan saliendo a buscar el sol todas las mañanas. Sigan encontrándolo.

REPORTAJE ESPN
http://espndeportes.espn.go.com/videohub/video/clipDeportes?id=1865943&cc=7586

ARTÍCULO DE ANTÓN MEANA PARA MARCA.COM
http://www.marca.com/2013/08/07/atletismo/1375902159.html