jueves, 30 de diciembre de 2010

Me gusta

Me gusta que llueva y las gotas queden en la ventana
Me gusta el olor a cocido en invierno
Me gusta cuando ríes y te brillan los ojos
Me gusta notar el frío limpio de un día que empieza
Me gusta ver como papá limpia sus zapatos
Me gusta verte dormida
Me gusta dormirme en el sofá y que aun sea temprano
Me gusta llegar con frío a casa y sentarme al brasero
Me gusta envolver los regalos
Me gusta cuando te sonrojas
Me gusta dejar las cosas para mañana
Me gusta que sea miércoles
Me gusta mirar como se mueve el segundero
Me gusta cómo se frotaba las manos mi abuelo
Me gusta cuando se te quedan las manos frías
Me gusta que mi vecina cante mientras cocina
Me gusta entrar a un bar y que solo haya jubilados
Me gusta que Granada sea pequeña
Me gusta que Granada tenga esa malafollá
Me gusta ver cómo te quejas
Me gusta sentarme a escuchar a los hombres del campo
Me gusta que se salten el protocolo
Me gusta cuando me sigues pacientemente en Semana Santa
Me gusta cuando te sigo resignado una tarde de tiendas
Me gusta comerme el último trozo, ese que todos miran
Me gusta que me salga el gas de la cerveza por la nariz
Me gusta quedar con los amigos para nada
Me gusta que mamá no se aguante la risa mientras me regaña
Me gusta ver una pareja de monjas por la calle
Me gusta tocar las orejas de un bebé
Me gusta que llueva en verano
Me gusta ver las fotos de famosos en los bares
Me gusta meter los pies en la acequia
Me gusta cómo suena la siesta en la Alpujarra
Me gusta pasear despacio y ver gente corriendo
Me gusta cuando estornudas
Me gusta cómo estornudas
Me gusta ver a mi hermana nerviosa sin saber qué ponerse
Me gusta la caligrafía de papá
Me gusta hojear los álbumes de bodas antiguos
Me gusta ponerme ese jersey que nunca me ponía
Me gusta la gente que llama antes de escribir un mensaje
Me gusta ver discusiones por pagar
Me gusta querer hacer de todo y no saber bien nada
Me gusta cuando me das collejas
Me gusta que me saluden con un abrazo
Me gusta la gente que llora riéndose
Me gusta llegar el último y decir eso de: "¿cierro?"
Me gusta cuando se cancela una clase
Me gusta el señorío andaluz
Me gusta el artista discreto y trabajador
Me gusta el cese de los cargos públicos
Me gusta la inquietud informativa ante una inminente primicia
Me gusta tener los lápices ordenados
Me gusta firmar un folio blanco una y otra vez
Me gusta oir la ducha como despertador
Me gusta la tertulia tras el entrenamiento
Me gusta un pequeño comiendo gusanitos
Me gusta que la gente dude en abrir empujando o tirando
Me gusta acordarme de mis primeros Reyes Magos
Me gusta el día antes de mi cumpleaños
Me gusta el guitarrista que mira al infinito
Me gusta el beso de una madre que cura golpes en la rodilla

Me gusta que esta entrada no tenga fin

martes, 28 de septiembre de 2010

Mantener a los nuestros



"Es que nosostros también fuimos emigrantes..." Claro, y si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta...

Nuestros antepasados, los que se fueron a Suiza, Alemania o Francia, ésos sí fueron emigrantes. Dejaron tierra, mujer, hijos, padres y pertenencias con un solo afán: trabajar.
Y trabajar de sol a sol (aun sin verlo durante todo el día) en industrias, campos, fábricas...siempre con la mirada puesta en lo que dejaron atrás, siempre con ganas de volver, todos los días esperando una carta, en la que , con letra temblorosa, y alguna que otra lágrima seca en el papel, su parienta le recuerde que le esperan, que le quieren, y que el pequeño de la casa ya anda tímidamente y balbucea todo lo que puede.

Y muchos volvieron, con la misma promesa con la que salieron: mantener a los suyos, allí o aquí, da igual, mantener a los suyos...

Ahora, el valor de aquellos españoles, el sufrimiento de sus familias, las jornadas interminables en sótanos negros como su anhelo, el recuerdo perenne de un calendario en el que tachar días para volver a casa...Ahora, todo eso lo utilizan nuestros políticos y nuestros "progres chupiguays" (progres de chaquetilla) en defender a los que, como nosotros, se dejaron casa y tierra atrás y que, con sueños en los bolsillos proporcionales al hambre, han venido a nuestro país a ganarse un derecho y una responsabilidad. Hoy, 60 años después son ellos los que tienen las dificultades acuciantes, (cada fulano españolito de a pie también tiene las suyas), y el objetivo es el mismo, una y otra vez, mantener a los suyos...

Pero, ¡Ay amigo! Que no nos confundan, que en ese saco de amparo y de integración estamos metiendo manzanas podridas. Que el amiguito que viene a poner a la familia a mendigar mientras él supervisa y pone la mano, el que se niega a conformar sociedad y no pretende más que la imposición de su costumbre al grito de una demagoga integración que se le niega, el que no se apoxima al trabajo como el que huye de la peste, el que delinque y no es apenas enjuiciado por no constar en ningún censo (ni ganas), el que mira desafiante y busca la trampa, ése, ése no es inmigrante, ése es un ruín y un despojo. ¿Y si a nuestros españoles que emigraron les hubiera dado por ensalzarse en pícaros y truhanes, hubieran durado mucho en sus destinos?.
Pero cierto es, que siempre pagan justos por pecadores, y que suelen ser más los que cargan con el peso del rechazo social sin merecerlo...Y es que en este 13 rue del percebe que es España, cada vez hay más ladrones que ya no solo viven en la buhardilla, pocos se esconden ante tal impunidad y manga ancha, y cuidado del que proteste, porque ese será un fascista, racista y demás lindezas de verbo rápido...

Medidas tan poco populares como las de Sarkozy son fruto de la desesperación de muchos y muchos ciudadanos que aguantan estoicos las acometidas de los vándalos de fuera, como si no tuvieran suficiente con los que han sido amamantados desde pequeños por los senos de su misma patria. Hartos, aplauden (tímidamente, por lo que les pueda pasar) decisiones tremendistas pero efectivas. Y no hay mejor demostración de demagogia barata que la que se vive en el Parlamento Europeo:
- Señor Sarkozy, sus medidas de expulsión son asemejables al exterminio nazi...
A lo que mi "primo Nico" responde:
- ¿Sí? ¿los quieren acoger ustedes?

Y el silencio...

viernes, 18 de junio de 2010

"Granaino malafollá"

Lo sé, es un tema tópico y recurrente. Pero son ésos los que más me gustan, los que me atraen a la hora de buscarle las cosquillas al por qué de las cosas, con los que me gusta hacer (y hacerme) pensar.
Por supuesto, soy "granaino" y "malafollá", pero de los de siempre, de la "mismitica" calle S.Juan de Dios (¿aes?).
Hay gentilicios e idiosincrasias particulares, algunos tienen como peculiaridad un acento determinado, otros, la hospitalidad, los menos tienen el arte y la gracia por bandera, muchos (como diría un gran amigo mío) portan un cartel que reza: "menos gracia que una patá en el pecho". Pero nosotros, por suerte o por desgracia (seguro que por suerte) aglutinamos multitud de clichés y estereotipos. Somos una especie animal muy peculiar.

El "granaino" profundo dice saber de fútbol, Semana Santa, toros, mujeres, comida, vino, albañilería, política, religión, flamenco, fiestas, arte, cultura y sociedad...(permítanme un respiro)...es capaz de discutir de pescado fresco, economía mundial, el punto del arroz caldoso, el precio de la gasolina, mercado de fichajes, PIB, IRPF, IVA, IBI, IPC, OPA, OPEP, PYMES, JPG, y PDF...¡y no nos contradigan! porque sentenciaremos espetando un sonoro: "¿equivocao yoooo? tú no sabeh con quien estáh hablando, enga por favó..."
Ilustramos a los demás a voces, reimos a carcajadas, saludamos cuando no hay más remedio a los conocidos, pero si es amigo cruzas, gritas cualquier insulto cariñoso y le abrazas dándole mamporros en la espalda. "Foh! qué alegría verte, ¿qué ise er tío? menudo mariconazo estás hecho".

Como buenos "granainos" nos encanta pavonearnos el día de la Virgen "Lavin Langustias", o el del Corpus, hacemos de Granada una alfombra roja con tintes cañís, (y ese día sí que saludamos a todo el mundo, que se nos vea). Alardeamos de casa en Almuñecar como si de Beverly Hills se tratara, pero odiamos encontrarnos a los mismos que vemos por las mañanas en el Camino de Ronda, pero en bañador, todos los días de agosto.

(fotografía: Antonio Marañón)

Cuando algo es novedad en la ciudad, preferimos criticarlo, a reconocer sus bondades, "ésto, para hacerlo bien del tó, tenían que haberlo puesto así, pero tiene cojones cómo lo han dejao...puntas de pollas!". Nos da vergüenza oírnos en la TV pero nos encanta que nos pregunten con la alcachofa de Canal21: "niña, ésto cuando lo echáis", ponemos a parir a los sevillanos, pero nos encantaría tener su Semana Santa, su feria, y su río (y el que diga lo contrario miente). Queremos toros y toreros de calidad pero luego se nos hace el "culo pesicola" con "El Fandi" delante de una cabra. Queremos una ciudad moderna, pero nos aterran las obras que no tengan rejas, geranios y molduras bajo el alero. Somos apasionados del flamenco, pero nos sale un sarpullido al mezclarnos con los gitanos del Sacromonte. Queremos turismo, pero nos repatea que venga gente "estiraos de los madriles" y nos llene los bares, nuestros bares. Queremos que la Alhambra sea 7ª maravilla del mundo, pero no la visitamos. Queremos mantener la vega, pero no la usamos ni para dar un paseo. Presumimos de encuentro de culturas, pero no queremos negros, moros o peruanos...Preferimos nuestras bandas callejeras. En Granada existen bandas callejeras rivales, que cualquier día se lían a porrazos, los taxistas, los locales y los jubilados. El jubilado no soporta la chulería de los taxistas, los taxistas odian a los locales, y los locales...

Un "granaino" siempre está en posesión de la verdad, y sus argumentos son totalmente inapelables pese a contradecirse. La crítica de un "granaino" es certera, implacable, incisiva, necesaria e inamovible. Somos tan inconformistas como poco propositivos, nos encanta echarnos tierra encima y no valorar lo nuestro, pero que no nos toquen Granada...¿O después de leer todo ésto tienen alguna duda?.

Creo que ha quedado demostrado. Soy "granaino y malafollá".

jueves, 18 de marzo de 2010

Los maleducados educadores

Así es fácil.

Ahora que nos molesta tanto la basura de televisión que tenemos, de Estébanes y Campanarios, de Jorge Javieres y Josemis, de Bordiús y Paquirrines...Cuando la publicidad entretiene más que la programación (maldita TVE que nos la ha robado), y nos percatamos de que en los spots hay más criterio y trabajo que en la elección de los contertulios del debate de sobremesa...es muy fácil.

Antes había que andarse con pies de plomo para que los niños de la casa no nos toparamos casualmente con un contenido obsceno, burdo y bajuno (lo de bajuno en todos los sentidos posibles). Ahora ver Saber y Ganar y los documentales de la 2 no sirve de nada...menudo tostón, ¿cómo se va a aprender algo de cultura si ahora la cultura está marginada de la vida diaria?. Depende de lo que entendamos por cultura, claro, porque ahora a las chonis y verduleras, a los gandules y traperos ilustrados, a las petardas de esquina y bolso de imitación se les da un micrófono para que cuenten durante el almuerzo, en "prime time", sus miserias y nimiedades, o lo que me mola mucho más, las de los demás. Y lo que es rizar el rizo, hablar con desparpajo supremo y mucho "m'entiendes" (algo así como Voto a Dios, o Pardiez) de lo cruel que es la vida. ¿Cruel?, ¿contigo?, es verdad, debe ser una faena cobrar por sentarse a despellejar (y hasta deshuesar) a las que son como tú, o las que no, porque total, mañana vas a estar en el mismo sitio.

Con todo ello, y porque confío en que no somos tan estúpidos, dejemos ver a los niños la tele, cuanto más despreciable sea el que salga, (o la que salga, señora ministra) mejor. Porque con un poquito de normalidad y criterio que haya en el hogar, la criaturita dirá: "mamá, yo de mayor sé lo que NO quiero ser..."

Gracias por vuestra psicología inversa, señores empresarios de los medios, un mundo mejor es posible mientras ustedes muestren los desagües de nuestro país.

viernes, 12 de marzo de 2010

De arquitectura y decisiones de proyecto (de vida)

Me gusta la arquitectura.

Es difícil recordar el día en el que dije: quiero ser arquitecto. Casi ni lo decidí, todo ha fluido con discreta naturalidad hasta encontrarme irremediablemente a las puertas del proyecto fin de carrera próximo a empezar. Y ahora, que pronto estaré en el ejercicio profesional, cojo un rotulador rojo y marco este punto de inflexión en la deformada del calendario (chiste, sin gracia, entendible por algunos pocos-locos que se han decantado por este mundillo).

Septiembre de 2004, primer día de universitario, y una frase para el recuerdo: "bienvenidos a la profesión más bella de todas. Una profesión que nunca se deja de estudiar, y en la que no se discierne entre estudiante y profesional. Porque desde hoy sois arquitectos, y nunca dejaréis de ser estudiantes".

Otro paso atrás, septiembre de 2000, colegio Agustinos. Todos mis compañeros de ciencias se matriculan de Biología, menos yo, que opto por el Dibujo. De aquella época se queda grabado la insistencia del profesor en aquello de: "ejercicio bien resuelto, con los datos mal tomados cuenta como mal..." o una similar tal que: "grosor del rotring 0,2 es 0,2 no es 0,4; y no se dice pinchar, se dice hacer centro..."

Pero no eran los primeros contactos con la arquitectura, el dibujo, las matemáticas y la geometría. Siempre he tenido mi habitación plagada de piececitas con las que CONSTRUIR castillos de princesas y puentes de caballeros. Trincheras de soldados y refugios de francotiradores. Incluso los primeros encargos de casas para Barbie y el pedorro de Ken, con las que mi hermana desesperaba por la extensión de los plazos de entrega (se ve que la administración y la solicitud de licencia y primera ocupación funcionan igual a cualquier escala y desde cualquier época).

Aquí un servidor es hijo de aparejador-arquitecto, casado con una mujer muy paciente, mi mamá. Ya estaba dando la lata cuando papá terminaba su segunda carrera, casualmente el proyecto fin de carrera que yo en breve comenzaré. Eran días y noches de mesa de dibujo, café, plumillas, cuchilla y papel vegetal. Paralés, escuadra y cartabón, y escalímetro. Papá dibujaba, mamá colaboraba delineando y pasando a tinta, y daba los retoques estéticos a las plantas del proyecto (igual que ha hecho siempre con los trabajos del cole de mi hermana y míos). Y Aquí el cabezón con 1 año entorpecía la labor tirando de las esquinas de los planos que se agolpaban en la habitación. Ahí, sin quererlo supe que sería arquitecto:"llévate al niño que así no hay manera de acabar..."

Por todo ello ahora me acuerdo con cierta risa irónica de las incontables ocasiones en las que escuché:"¿Arquitectura? no sabes donde te metes...". Perdone, usted no sabe lo que es arquitectura. No lo he elegido, he nacido así.

jueves, 11 de marzo de 2010

Para no aburrirse

Y no. No me aburro. Hace tiempo empecé a interesarme por el famoso 2.0, o lo que es lo mismo, las redes y comunidades de usuarios. Facebook, twitter, tuenti, buzz, flickr... un galimatías que no tiene otra labor que interconectarnos entre todos. ¿Eso quiere decir que te encierras en tu cuarto y no sales ni a ver si es de día? Para nada.

Redes sociales, blogs, foros, y su correspondiente vocabulario: follower, contacto, flickmail, privado, tweet, tag, tablón...no son más que una estratagema para hacer las arduas y obligatorias horas delante del ordenador (cada cual con lo suyo) algo más amenas y ¿por qué no? productivas.

Trabajar, estudiar, investigar... son tareas en las que el ordenador es el principal medio a día de hoy para mantenerse enganchado al tren del desarrollo y la optimización de resultados. Siempre ha habido gente que le dé una vuelta de tuerca más, y surgió una "cabecita pensante" que dijo: "si se usa cada vez más en el ordenador y eso resta tiempo de socializarse, ¿por qué no conseguir que mediante el ordenador se esté en contacto con lo que pasa detrás de la pantalla?" y claro, en internet no hay límites, no solo se está en contacto con lo acontecido en cualquier lugar, ahora, el contacto a distancia también es interpersonal, regulado al gusto de cada uno, incluso privado si se desea.

Somos capaces de lanzar códigos y que los lea cualquiera, y a su vez, éste lo recomienda a otros tantos, y llega un momento en el que la información no puede parar". ¿No es maravilloso? es lo más parecido al efecto mariposa.

Por todo ello, doy a luz este blog, pidiéndole disculpas a mis amigos por no verlos todo lo que desearía, gracias a los que no lo son aun por establecer un primer contacto conmigo por esta ventanita, y mi saludo a todos por igual.

Bienvenidos

P.D.: La vida 2.0 nunca tendrá el sabor de una cerveza y una tapa con tus amigos.